martes, 18 de junio de 2013

UN HOMBRE (57)


UN HOMBRE [57]

Un hombre que acepte que se equivocó,
que no se encapriche de sus labios
como de la miel los colibríes.

Me gusta un hombre que no mienta,
que sea tan varón como un lirio en el valle,
que perfume sin el vicio del ardor
pues todas somos madres.

Un hombre que no denigre de una mujer.
¡Qué gran hombre, aquél que de suerte me tocó!:
Un padre de cálidos ojos negros
que a mi madre algunas veces engañó
pero su devoción por ella
jamás mermó.


Pero sí, al fin y al cabo hombre,
pues de su voluntad la fiebre y el calor.

Allí donde la pasión los vuelve machos
siendo cabros saltadores,
que entre alambradas de potreros oxidados
su gran hombría se quedó.

Que se calle cuando deba hacerlo.
¿Una mujer al fin es su rival?
¿Por una mujer siente tanto odio?
¿No fue una mujer quien lo parió?

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 18/13 



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