NO
HUYO [151]
No
huyo, corro…
Danzan
gaviotas enamoradas
y
en un nido de blancas perlas,
brotan
a la vida cantares.
No
huyo, navego en mis silencios.
Blancas
notas esperan un poco
y
las manos del músico se elevan
para
caer despaciosas y provocar un himno
que
tiene alas para volar.
Me
escondo del mundanal ruido.
Son
las cumbres elevadas, mi anhelo.
Ojos
mansos de mi Pastor parecen ocultos
pero
me guía su voz.
Pasean
mis manos sobre ideales añejos.
Extiendo
mi traje dorado sobre los pastizales.
Mi
cabellera se mueve al vaivén de la brisa
y
relincho fuertemente,
para
que comprendas que te quiero.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
junio 4/13
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