MI
NIÑO [77]
Al
escuchar la ocarina vi a mi niño.
Descalzo
camina sobre los cardos y nada le hiere.
Corretea
sobre el sol ardiente y sonríe;
se
apartó del mundo y es feliz.
Acabo
de escuchar la voz de mi niño.
Tiene
alas de canario libre,
alguien
abrió su pequeña jaula
y
anida sobre un níspero cargado de frutos.
Mi
niño grande tiene novia,
lo
persigue la lluvia de mis ojos,
lo
cercan los besos de una madre
y
lo hacen sonreír los sueños de su padre.
Mi
niño toma rosas con sus manos,
nada
las hiere, nada lastima,
levanta
vuelo como una cometa
y descansa
sobre la luz de la luna.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
junio 13/13
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