viernes, 14 de junio de 2013

JUGANDO (79)


JUGANDO [79]

Decidí jugar a ser mejor,
busqué en el silencio de mis días, un motivo.

Lancé las cartas, como bruja imaginaria
queriendo descubrir del azar, notas mágicas,
que condujeran con suerte un destino marcado.

Mi pequeña gata Pachita,
de sus uñas la toxoplasmosis que tanto me asustó,
finalmente fuerzas me regaló,
y con mis niños nada pasó.

Un café caliente, fruto de dorados cabellos.
Embebida en sueños de navegante sin timón,
seguí la senda marcada por mi Dueño,
y me senté de nuevo en mi amado sillón.

Aquí voy con paso de niña vieja
queriendo robar una sonrisa aquí o allá,
en tanto mi corazón, con una herida abierta,
palpita suavemente, dejando caer rojas espumas
en un lago sin amor.

Corretean de nuevo mis hadas,
unas se visten de rosa, otras de azules,
los niños por las calles con sus harapos viejos
las mujeres, sentadas en las puertas sin buscar quehacer
y el mundo gira y gira, y yo al revés.

Persigo el sueño del amor y te recuerdo.
Pálido mi rostro nuevamente,
enjutas mis piernas en viejas noches,
luna plata de iluminados cabellos,
ojos verdes de lagunas silenciosas,
luciérnagas brillantes de llanto mudo.

Ya no vago, no grito, no corro…
Una quebrada mansa me persigue,
mi sueño alcanzo en la rivera de la montaña,
me convierto en cabra montés y te sigo.


Subo la cuesta sin herir mis pies
y desde arriba balo tantas veces como puedo.
De la luna plata, leche vestida de rayos bajan,
para nutrir de esperanza mi alma con su canto,
la muda sinfonía a noche en lunada,
donde vagan las estrellas fugaces
sin ser adivinadas.

Sigo jugando a ser libre y me esclavizo,
juego a ser feliz y me quebranto,
pero sigo lanzando las cartas aquí o allá,
esperando aparezcan tus negros ojos
a mi rostro iluminar,
y a mi cuerpo bendecir.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 13/13

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