FANTASÍAS (1)
No
todo anciano es de fiar, ni todo joven de confianza.
Cuando
hay niños, tenemos que ser como los sabuesos: desconfiados.
Pretender
que una palabra ardiente, pueda reemplazar la voz una madre, o un amigo disfrazado, puede
cuidarlos, puede ser un fatal error.
Nadie
conoce el corazón del hombre, hoy blanco, mañana negro.
Entre
los recuerdos de mi niñez, viene una imagen de un viejo; unas manos arrugadas
con uñas largas.
La
oscuridad tiene olor a muerto, y corro en mis sueños, para despertar desnuda con
el alba.
Pero
al abrir los ojos, me di cuenta que sólo estoy un poco vieja, que los recuerdos están ahí, como la pequeña
ventana de una alcoba, donde todos cabíamos en la misma cama.
Recuerdo
una cabra blanca y un chivito llamado José, unos toches por los que casi muero,
quedando en mi rostro una fea cicatriz.
Una
cuerda mal atada, pero sostenida por un ángel, en donde me columpiaba, creyendo
que tocaría el cielo.
Y
entre los sueños de mi vida, se quedaron unas perlas negras, unas esmeraldas…
¡tan bellas joyas! , que al despertar hoy, me di cuenta que la vida, es solo
una fantasía de colores...
Solo
eso...
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
junio 30/13
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