¡DANZA!
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A
pesar de las espinas de cada día, la vida es bella,
es
el regalo más valioso que tienes,
no
permitas que tus pies se queden quietos
ponte
las zapatillas doradas…
¡Qué
nada te enrede!
¡Danza!...
Aunque
se quiebre de dolor tu corazón,
aunque
un rayo fulmine tus esperanzas,
advierte
lo mágico que brilla el sol.
¡Danza!...
Empieza
ya, escucha,
Ponte
el vestido de pepas rojas,
Suena
música española que tanto te gusta,
levanta
tus manos y da gloria a Dios, respira profundo;
aguanta
el aire en tus pulmones;
empieza
a mover tu cuerpo
como
una garza de alas abiertas
que
vuela solitaria en el desierto.
¡Danza!...
Siempre debes hacerlo…
Aunque
no tengas piernas,
aunque
sin manos, aunque sin voz.
Escucha,
en el silencio recóndito de tu alma
en
esa callada paloma blanca que marchará alguna vez
hay
música, fantasía de trajes pálidos,
de
sedas escarlata donde los amores esconden
sueños
dorados, aunque parezcan de plata.
¡Danza!...
Como
una nena, no dejes de hacerlo.
Envejecen
los cerros, ¡pero tu corazón es de niña!
Eres
un bebé que lastiman los malos momentos
pero
que al danzar con los ojos cerrados,
sus
carcajadas se las lleva el viento
y
el dolor se transforma en un mal sueño.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
junio 20/13
Muy finos versos en éste poema. Me gustaron los tropos. Saludos amiga
ResponderEliminarHola amigo, gracias por tu comentario y visita a mi blog. Un abrazo, saludos desde Colombia.
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