CAMINANDO
[138]
No
voltearé a mirar atrás.
Con
paso firme hacia la cumbre
sin
detener la mirada a ese ayer
que
dolió tantas veces,
y
las espinas fueron clavadas
una
y otra vez.
Sólo
veré si alguna huella,
si
mi sombra continúa a mi lado
para
saber que tengo un amigo,
y
confiar en el paso siguiente.
Bello
observo el mar,
sus
colores aguamarinas,
sus
cambiantes azules,
el
sol bañando la playa
y
éste calor que invita a un te quiero.
Arriba,
sobre la montaña
a
donde mis ojos me llevan de nuevo,
allá
está lo tan buscado,
lo
tan anhelado.
En
ese pequeño halo de luz
que
se advierte al volar un águila,
está
lo más amado.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
junio 5/13
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