AZULES
[21]
Qué
bello sería, a través de los azules, descubrir que hay otro cielo, y que en él,
te puedo encontrar.
Alcanzo
a ver el resplandeciente verde de tus ojos, y los caobas de mi pequeño, como
dos niños descalzos por ahí, caminando y cantando, con otra música diferente a
la de aquí, pero música al fin.
¿Qué
hiciera, si al despejar de las nubes, como un águila translúcida, como un
trineo guiado por esa fuerza que te trajo aquí, regresaras, y pudiera verte de
nuevo y recomenzar?
¡Más
todo es fallido!, parece vano cada intento, el pensamiento es un loco en
cualquier esquina, que se desnuda, y se come el mundo a pedazos, vuela con
humos encendidos, y los deja ser como mágicos dragones que se entrelazan y
confunden, para desaparecer, como todo... ¡como nada!...
Éste
silencio no sé si existe, o es que me extravío, quiero danzar con un velo
multicolor, atravesar ese inmenso salón del ayer, entre violetas pequeñas,
gladiolos, gorriones, y el trinar de tu amado sinsonte desde un inmenso árbol,
viendo hacia el cielo, sin saber por qué.
De
nuevo abro los ojos para un encuentro
con mi realidad, en el mismo blanco de
cada día, me atengo a lo que ese loco quiere decir, lo dejo ser y sonrío...
Una
carcajada tras otra no me deja envejecer, no quiero morir, no quiero ir a ese
sitio extraño de la nada, pero me aferro de nuevo a tus ojos, sueño que pueda ser, estoy segura que te veré
otra vez, a todos los que no están conmigo, seré una niña de nuevo en otro vientre, en un
mañana cercano y feliz donde estaremos una vez más reunidos, reclamando los abrazos y besos que
dejamos de darnos ayer.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
junio 24/13
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