martes, 4 de junio de 2013

APRENDIENDO (149)

APRENDIENDO [149]

Me enseñaron las aves a pescar,
a trinar aunque prisioneras.
Me enseñó el tiempo que nada es para siempre.
Aprendí a reconocer a los amigos, no por las palabras,
los descubrí en sus silencios y en los míos.

Camino cada día un poco más, para reconocerme.
No espero que nadie lo haga entre las sombras
sino a la luz de un nuevo día,
que nos encuentre dispuestos
y el diálogo abra esa puerta cerrada.

Espero de un cardo sus hermosas flores,
de un hermano su aliento en las caídas,
su abrazo al levantarme,
su compañía en la soledad.

Que no juzguemos severamente;
el tiempo nos dará la razón,
es juez y verdugo que nada perdona.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 4/13

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