miércoles, 5 de junio de 2013

AL CIELO (140)

AL CIELO [140]

En cambio un poco asustada, vislumbro entre los azules que tanto amo, el arco de una alianza entre nosotros y el cielo, y del cielo con nuestra alma.

¡Qué poca soy ante tal inmensidad! ¡Qué pequeño lirio blanco en cualquier roca del camino!

A pesar de todo, un grano de arena, de a poco se convierte en roca, y sin él no estaría completa la playa.

A ese infinito se atienen mis ojos, me deslumbro ante la magia que tienen los brillos de la noche, las sorpresas de admirar sus mínimos detalles y descubrir una imagen cambiante, tan parecida a un ave, a una mariposa, a un niño que duerme sobre blancas sábanas.

Me levanto de mi silla para detallar un poco más, y espero dejar vacío el saco sobre mi espalda.

¡Qué livianos parecemos al cerrar los ojos!,  comprendo que  somos aves de paso volando y sobreviviendo a pesar de las distancias.

Cumbre de mágicos anhelos: mi sombra huye detrás de la tuya, amor mío, mi fantástico sueño entre besos de lluvia fresca y pieles sedientas, que se conjugan en besos, componiendo madrigales entre flores frescas de cualquier invierno.

Y danzo, la música inicia entre joyas que despejan con el viento a tiro. Cantares de aves prisioneras, pies descalzos, ojos angustiados.

Ahora dejo volar mis sueños para desnudar el alma y saber que nada tengo, pero me cobija el cielo.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, junio 5/13

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