VIOLINES (147)
Lloran las cuerdas de un violín,
así mi corazón día a día, mi reina,
a cada paso de ave, a cada trino...
Entonces, compungida una vez más:
¿Puedo acaso olvidar que no has regresado
que tus versos, de preguntas sin respuesta me toman de nuevo,
que me desnudo, grito, y chillo al viento?...
Me acobarda la soledad y huyo de ella.
Busco en tus verdes ojos, esperanza mía: un consuelo.
Pero has marchado de mi alar, golondrina blanca;
me has dejado en el rincón de los silencios
sin saber qué camino seguir.
Escucha madre, escucha a mi corazón:
Tiene lágrimas anémicas que rebotan,
se oscurecen con un nuevo día las alcobas,
se enfría el nido de tus brazos
y agonizo lentamente sin tu amor.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 7/13
No hay comentarios:
Publicar un comentario