CACTUS (183)
De los cardos,
sus espinas,
sus espinas,
de su interior
las más bellas flores.
las más bellas flores.
Cicatrices quedarán bajo la lluvia
que mostrarán a todos
sus resplandores.
Y del cactus del ayer nada queda.
Las huellas de un amor que nunca hiere
resucita en los versos
entre aromas perfumados
y el alma del poeta que jamás muere.
Camino incierto de la vida
plantado de cardos y de penas.
También es válido reír
y calmar del corazón viejos dolores
si tenemos latidos de contento
y las manos llenas.
Está una copa plena de elixir,
uvas rojas,
verdes, violetas,
verdes, violetas,
para emborrachar las tristezas
y hallar un verso
entre pétalos rojos
y negros ojos.
y negros ojos.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 1/13
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