EL ALMA (162)
Buscando un poco de paz, 
encontré los blancos de la vida;
dejé que mi corazón se desnudara, 
y no hubo más dudas.
Cierro los labios y empiezo a danzar 
con los ojos cerrados.
Abro
mis brazos y soy un águila…
Mi escoba, es una enorme rama en donde me poso,
diviso el infinito al abrir mis dorados ojos
y conmovida levanto vuelo.
No sé a donde voy, 
pero una tenue luz me guía.
No quiero arrancar cizaña 
pero se antojan mis labios,
y decido abrir el cofre de mi alma 
para que se
desnude,
para que dance con la lluvia.
A lo lejos, un cántico de amor, me dice que
vaya.
Soy una flecha disparada por el cielo,
me dejo llevar y descanso en su mirada. 
Raquel Rueda Bohórquez
4 5 13 
No hay comentarios:
Publicar un comentario