miércoles, 1 de mayo de 2013

DESDE EL MURO (185)

DESDE EL MURO (185)

Como soy tan chismosa y no puedo dormir; 3.39 am, acaba de llegar mi esposo, a las 3 llegó Verónica, bueno el resto, no sé en dónde estarán mis hijos, alguien siempre hacía ésta pregunta cuando sus hijos volaban, pero hoy, mi motivo de estar aquí, no es por esto, si no que nos desvela la traición y la hipocresía.

 Dejaría algo por aquí como que no hay persona más falsa que aquélla a la que le has brindado una amistad sincera, y por congraciarse con su novia de turno, copia tus mensajes privados y los envía, ¡con qué gracia!, para hacerse el bueno, para que confíen, y otra pendeja caiga. 


¡Qué doloroso es entregar nuestras perlas a los cerdos!, y qué triste saber que como almas desnudas, volamos por ahí, sin esperar más preguntas, sin desear más respuestas, y que mi Jefe tenía la que buscaba, la que tanto me inquietaba y me indicaba que algo estaba mal, y por equivocación se copia y pega en el mismo espacio mío, lo que enviaría a su pelicrespa e hipócrita "amiga", y lo peor del caso, es que el temblor de piernas lo hizo cometer el mismo error dos veces.




Esto para aclarar ciertos comentarios. No soy yo la tal serpiente, ellas no son malas, sólo utilizan su veneno para defenderse, o para cazar  presas, inyectarlas para que no sufran mucho y continuar, no se alimentan tan seguido, algunas duran meses en probar bocado. 

Espero que a nadie más le suceda, porque esa serpiente a la que se le pidió que enrollara la lengua, no es la tal serpiente, es sólo una persona pálida y triste, que buscaba un poco de amor, y así mismo lo entregaba limpiamente, sin mentira. 

Un lindo día para todos, tengo la mala costumbre de pensar en alto.

Raquel Rueda Bohórquez
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