miércoles, 1 de mayo de 2013

ASÍ (180)

ASÍ (180)

Cual cortesana, espero de tus labios,
aquí sobre la misma silla plana y fría,

el mismo sentimiento de un ayer herido

con mis viejas enaguas de platino.

Como una puta tal vez, 
sin importar mis palabras, 
las tuyas caen al vacío.

Cuánta falta hace sonreír
aunque haya mentira
y el ave abandone el nido.

Parezco una doncella olvidada.
Bajo mis manos y levanto el rostro,
una caricia llegará aprisa,
serán ellas mis consentidoras
cuando una lluvia cristalina me abrace
y una ducha calme la sed 
y el calor del día.

Raquel Rueda Bohórquez
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