domingo, 5 de mayo de 2013

ÁGUILA (159)

ÁGUILA (159)


Decidí gritar que anhelo volar;

entonces la brisa propicia me anima,
no hay desespero si la tibieza asoma
y tomo el consuelo del día a día.

Duro creer que tomo la vida...
¡No es verdad!, 
permito viajar el alma de alguien.

Me convirtió en garras y pico el destino
para que mi labor fuera cazar.

Más no es mi motivo el dolor...
Sólo busco un poco de alimento,
y al dejar de latir el corazón,
vuelo un poco más, y me ausento.

Sobre entretejidas ramas, mi razón:
Sus chillidos alertan.
Cual flecha de Cupido, 
advierto que sin ellos nada soy.

Y un impuso donde se crece el amor 
que un gran Mago dejó en mi alma,
permite que vuele una vez más
y baje aprisa, 
a calmar sus  ansias.

Raquel Rueda Bohórquez
5 5 13 

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