MI
BARCA PEQUEÑA [76]
Subo
a mi pequeña barca
y
me voy a navegar.
Me
encontró el nuevo día con los ojos abiertos,
tal
vez si duermo, no despierte,
y
mis pequeñas flores de loto
ocultas
en el lodo,
no
puedan mañana el sol divisar.
¡Qué
placido es navegar en letras de colores!
¡Cómo
cantan los grillos y las cigarras se enamoran!
La
oruga abre su celda y decide volar ante mis ojos,
rompo
las cadenas oxidadas de mi vida y le acompaño.
Mis
letras se vuelven cenizas en el aire,
se
pintan de dorados con destellos mágicos,
y
sobre ellas, con mis remos,
continúo
sin cansancio;
ya
llegará la hora de caer
sobre
una rosa blanca.
A
lo lejos, aún sin timonero me conduzco.
Suelto
los remos
y
dejo que la corriente me lleve.
Divino
sol: ¡de nuevo me acaricias!
Despojada
de todo voy,
y
abandono mi desnudez
entre
tus manos…
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
abril 18/13
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