martes, 30 de abril de 2013

ADULACIÓN [6]

ADULACIÓN [6]

Por experiencia personal, me he dado cuenta que aquél refrán que nuestra madre pronunciaba tantas veces, día a día nos sorprende con la verdad: “Hombre meloso,  ni viejo ni mozo”. Aquéllas personas que más hablan bellezas sobre nosotros, son realmente las más falsas.

Desnudamos el alma, entregamos sonrisas y carcajadas, en esto una amiga me dice: “No entregues tus perlas a los puercos”, ¡qué palabras tan ciertas!

No he sido tan amiga de las mujeres, siempre alguna está poniendo su puñal por ahí, siempre una mujer ha pretendido dañar mi hogar, robar mis cosas, acabar con  mi reputación; pero que un hombre, para que su “mujer” de turno se complazca en su inteligencia, lo haga, es lo más bajo que puede pasar.

Una lección tras otra, un juego a ratos peligroso, desnudar nuestra vida a personas extrañas, y entregar los mejores momentos y las mejores carcajadas, para finalmente ser enemigos.

Desde aquí, a esas personas les digo que están equivocadas, pueden aparentar ser grandes personajes, tener estudios universitarios, riquezas, vanidades, todo lo que quieran, tratar a las mujeres como si fueran basura y a los seres humanos de quitar y poner a conveniencia, ¡qué triste descubrir que no son tal los amigos, es una falsedad la verdadera amistad!

En las redes tengo unos muy excelentes amigos, señores a carta cabal, caballeros que me conocen y saben mi manera de ser, pero el jaque mate de cada historia está al final del juego.

Continúo con mi pequeña barca de letras, me aparto a voluntad si las personas se empeñan en las heridas en público, sólo por aparentar ser grandes personajes, los más cultos, que se toman nuestras charlas privadas para enviarlas a sus amantes, con un descaro que los hace ver después como víctima.

Esto es para ti “amigo”…/ “el ratón del queso”… y para ti Caín  mi lengua tan larga que no es tal, si no mi defensa ante los ataques. Creo que la enrollaré, para que alguna vez se percaten que no son tales personas grandes, en estatura puede ser, pero con una carcajada que aún duele, que demuestra que sólo ríen de los demás, dejando un sabor amargo en la boca y una honda melancolía.  

¡Cuánto se habrán reído los dos de mí!, cuántas veces leyeron mis intimidades y otras mi alma desnuda se expuso, al ver tras las redes con amargura, que la amistad, es sólo un juego que nos pone la vida, sólo eso…

¡Qué tristeza siento!, espero que puedan entretenerse mucho tiempo con lo que escribimos, lo sé… siempre el “macho” dominante de la historia, y la hiena vestida de amistad ahí riendo a carcajadas.

Mi vida todos la conocen,  todo lo digo, lo cuento, si alguna vez desnudas nuestras charlas, con gusto haré un libro, son miles de palabras entre sucias y vulgares, entre amorosas y tiernas de amigos, pero eran nuestras; no para que entregaras nuestra privacidad por complacer a una mujer, que finalmente no es lo que crees, fue tan falsa como tú en su amistad, y tan engañosa con su copete de gallina y sus celos que finalmente expuso, no era tal la grandeza no, como seres humanos siempre somos eso… seres humanos, desnudos, empelotos, sin más carga que nuestras conciencias, ni más pecado que desnudarnos para amar.

Lo bueno de la historia es que la víbora, o sea yo, apenas está  tratando de enrollar la lengua, es demasiado larga y pesada…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 30/13





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