ADULACIÓN
[6]
Por
experiencia personal, me he dado cuenta que aquél refrán que nuestra madre
pronunciaba tantas veces, día a día nos sorprende con la verdad: “Hombre
meloso, ni viejo ni mozo”. Aquéllas
personas que más hablan bellezas sobre nosotros, son realmente las más
falsas.
Desnudamos
el alma, entregamos sonrisas y carcajadas, en esto una amiga me dice: “No
entregues tus perlas a los puercos”, ¡qué palabras tan ciertas!
No
he sido tan amiga de las mujeres, siempre alguna está poniendo su puñal por
ahí, siempre una mujer ha pretendido dañar mi hogar, robar mis cosas, acabar
con mi reputación; pero que un hombre, para que su “mujer” de turno se
complazca en su inteligencia, lo haga, es lo más bajo que puede pasar.
Una
lección tras otra, un juego a ratos peligroso, desnudar nuestra vida a personas
extrañas, y entregar los mejores momentos y las mejores carcajadas, para
finalmente ser enemigos.
Desde
aquí, a esas personas les digo que están equivocadas, pueden aparentar ser
grandes personajes, tener estudios universitarios, riquezas, vanidades, todo lo
que quieran, tratar a las mujeres como si fueran basura y a los seres humanos
de quitar y poner a conveniencia, ¡qué triste descubrir que no son tal los
amigos, es una falsedad la verdadera amistad!
En
las redes tengo unos muy excelentes amigos, señores a carta cabal, caballeros
que me conocen y saben mi manera de ser, pero el jaque mate de cada historia
está al final del juego.
Continúo
con mi pequeña barca de letras, me aparto a voluntad si las personas se empeñan
en las heridas en público, sólo por aparentar ser grandes personajes, los más
cultos, que se toman nuestras charlas privadas para enviarlas a sus amantes,
con un descaro que los hace ver después como víctima.
Esto
es para ti “amigo”…/ “el ratón del queso”… y para ti Caín mi lengua tan
larga que no es tal, si no mi defensa ante los ataques. Creo que la enrollaré,
para que alguna vez se percaten que no son tales personas grandes, en estatura
puede ser, pero con una carcajada que aún duele, que demuestra que sólo ríen de
los demás, dejando un sabor amargo en la boca y una honda melancolía.
¡Cuánto
se habrán reído los dos de mí!, cuántas veces leyeron mis intimidades y otras
mi alma desnuda se expuso, al ver tras las redes con amargura, que la amistad,
es sólo un juego que nos pone la vida, sólo eso…
¡Qué
tristeza siento!, espero que puedan entretenerse mucho tiempo con lo que
escribimos, lo sé… siempre el “macho” dominante de la historia, y la hiena
vestida de amistad ahí riendo a carcajadas.
Mi
vida todos la conocen, todo lo digo, lo cuento, si alguna vez desnudas
nuestras charlas, con gusto haré un libro, son miles de palabras entre sucias y
vulgares, entre amorosas y tiernas de amigos, pero eran nuestras; no para que
entregaras nuestra privacidad por complacer a una mujer, que finalmente no es
lo que crees, fue tan falsa como tú en su amistad, y tan engañosa con su copete
de gallina y sus celos que finalmente expuso, no era tal la grandeza no, como
seres humanos siempre somos eso… seres humanos, desnudos, empelotos, sin más
carga que nuestras conciencias, ni más pecado que desnudarnos para amar.
Lo
bueno de la historia es que la víbora, o sea yo, apenas está tratando de
enrollar la lengua, es demasiado larga y pesada…
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
abril 30/13
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