EL
REGALO [85]
Eres un regalo de Dios,
permítete
abrirlo... ¡tú puedes!
Descubrirás
que no eres tan malo
ni
eres el más perverso del mundo.
Puedes iniciar a cambiar desde ahora.
Observa
un momento el atardecer...
Regálate
unos segundos para verte en el espejo;
tu
belleza no está ahí en ese reflejo
sino
en tu corazón.
Rompe
las cadenas, tus propias cadenas
y
vive cada segundo, sin
importar burlas,
sin
creerte menos que nadie, ni más,
pues
eres una vida,
igual
que la de un ave, de
un pez,
de una pequeña hormiga.
No
hay diferencias;
naces, vives, mueres,
naces, vives, mueres,
te elevas a un sitio desconocido,
quedando
de tu piel las pavesas
y
de tus huellas el olvido.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
abril 16/13
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