TE
ENCUENTRO [63]
Sobre
las blancas montañas,
arriba
y bajo las azules aguas de cualquier lago,
en
tus ojos claros que alguna vez vi de cerca,
en
tu obra de amor, ahí estás.
Al sacar todo lo malo que tenemos dentro
para
pulirnos cada día como seres humanos,
en la voz de mis niños cantores,
en
el arrullo de las palomas.
Estás en el croar de las ranas
y
el canto de la cigarra.
Amor, eres esa fantasía que nos anima,
esa
alegría y hasta el llanto
que
nos hace doblar las rodillas
para
alabarte y bendecir a otros.
Ahí te veo, si una mariposa sale de su cárcel
al
fenecer en un parpadeo,
pues
tus manos invisibles
le
han tocado.
Tu voz es el sonido del silencio,
en
el cantar del mar
tan
claro y transparente,
que
te escuchamos suspirar.
Tus ojos nadie los puede ver
los
muestras cambiantes
divinos
con cada amanecer,
renovados
cada atardecer.
En
las noches te transformas en luna y estrellas
para
que sigamos tu huella
desde
que sale el sol
hasta
el ocaso.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
marzo/13
No hay comentarios:
Publicar un comentario