sábado, 2 de marzo de 2013

LO DICE EL MONACHO [85]

LO DICE EL MONACHO [85]

No lloren por mí, déjenme subir hacia el estrado.
No se angustien que ya descansé de mis afanes,
no desesperen que anhelo volar y me detienen.

Voy aprisa soy un cóndor, pero me duele tu dolor
abro mis alas hacia ese infinito tuyo y mío,
es grande mi amor, es eterno.

El pasado no existe, ni el presente, ni el futuro,
todo es un pequeño sueño, se los aseguro,
es aquí donde está la vida, aquí retozan las gacelas.

Voy de la mano de alguien desconocido, pero me ama...
Nazco en una corriente cristalina y me levanto aprisa,
¡puedo volar!... ¡puedo nadar!, ¡puedo reír, cantar!...

El llanto no existe, el dolor es sólo una ilusión mental.
Ya no estoy allá, estoy aquí en un laberinto de colores
donde la magia del amor es mi barca guiada por su luz.

La colina es bella,


plena de verdes más verdes que todos,
los rojos son los más rojos y brillantes,
los azules son los azules más divinos.

Soy una estrella en el universo, una más.
¡No llores madre!, mañana estarás aquí.
¡No giman más!, vivan felices.

No anhelen más, la única felicidad es el amor
la única paz está más allá de las estrellas,
dónde está mi abuela, más allá del sol.

La sigo, estoy en un huerto lleno de primaveras
los otoños y los veranos no hacen daño,
el cielo y el infinito es todo mío...

Toma tu boleto de viaje, y espera...
Nadie advertirá el momento,
nadie te dirá que no rías ni cantes,
pero ante todo, debes amar, 
para que alcances la cumbre en la que estoy.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 3/13


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