viernes, 29 de marzo de 2013

A TI [4]

A TI [4]

¿Quién es la flor de cada día,
el navegante de los 7 mares
que  sostiene mi pequeña barca?

¿Quién adivina el parpadeo de las rosas
y en cada pétalo me permite soñar?

Luz de mi vida en momentos grises,
divinidad que me acorrala hasta reír,
preciosidad que me hace doblar las rodillas
para recibir una caricia llena de vida,
brotando de pequeña cápsula
para trinar cualquier día o anochecer.

A ti, mi dulce cascada solitaria
tan dócil, amable, lleno de amor.
Desbordas desde los altos cerros;
haces brotar  vida en los resecos desiertos.
Una gota de tu amor basta

para descubrir tu grandeza;
un trino es suficiente, para comprender
tu gran amor.

Divino ser en quien confío,
aumenta mi fe ya que eres mi roca;
cada segundo busco el filo de la montaña para verte
y allí, con la caricia de tus besos perfumados
abro mis alas al infinito y descubro a mis amores
descansados y amados, querubines tuyos.
Mirada de niño, dulce melancolía,
manos pequeñas en mis pechos,
tierna boca sedienta de tu néctar;
así eres mi soñador, mi ilusión alada,
un despertar con una oración en los labios
enmudecida de amor por ti.

A ti amor mío, mi roca fuerte y poderosa
imploro de tus manos salud y paz,
regocijo en los corazones afligidos
donde el hambre ha de terminar,
y el dolor espera un sueño de alas abiertas
al cobijo del sol en cada despertar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 29/13




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