PARA
MAMI [26]
Aunque
a ratos lo olvido,
una promesa es aquélla flor
que nos recuerda,
que la vida está compuesta de colores,
y la muerte de campanas rojas.
Para mi princesa,
la dueña de nuestro jardín,
la primavera que viajó a otro huerto
donde el dolor se esfumó,
como las espumas sobre el arenal.
A ella que viene en cada pensamiento
perfume de rosa en invierno,
y cada rocío en la primavera.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla,
febrero/13
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