LA
BRUJA DE TONA [5]
Ayer mi vecina era una bruja malvada,
una menuda anciana, a su casa nadie entraría,
abrió la puerta y pasé por ella.
Sobre una mesita redonda, la imagen de María,
un crucifijo, una flor...
Tomé la escoba que todos los niños decían
y ayudé a limpiar su imagen.
Ella me vio a los ojos...
Ayer mi vecina era una bruja malvada,
una menuda anciana, a su casa nadie entraría,
abrió la puerta y pasé por ella.
Sobre una mesita redonda, la imagen de María,
un crucifijo, una flor...
Tomé la escoba que todos los niños decían
y ayudé a limpiar su imagen.
Ella me vio a los ojos...
Me
pidió una manta para abrigarse.
Salí de allí tranquila, con paz en el alma.
"No siempre somos lo que otros dicen,
Salí de allí tranquila, con paz en el alma.
"No siempre somos lo que otros dicen,
y
es bueno dejar la puerta abierta
para
que muchos lo corroboren".
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 25/13
Ésta pequeña historia sucedió en Tona Santander, mientras trabajaba en la Caja Agraria. La viejita bruja, sólo tenía memoria para orar, y tenía mucho frío. Hay cosas que salen de vez en cuando, la brujita, tan dulce y menuda que hoy llegó al recuerdo, en aquélla casita de tejas rojas, una cama que olía a viejito, a orín, a pena.
Barranquilla, febrero 25/13
Ésta pequeña historia sucedió en Tona Santander, mientras trabajaba en la Caja Agraria. La viejita bruja, sólo tenía memoria para orar, y tenía mucho frío. Hay cosas que salen de vez en cuando, la brujita, tan dulce y menuda que hoy llegó al recuerdo, en aquélla casita de tejas rojas, una cama que olía a viejito, a orín, a pena.
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