viernes, 22 de febrero de 2013

EL PODER DE LA SILICONA [20]

EL PODER DE LA SILICONA [20]

Una realidad se presenta para la mujer actual: El bisturí y la silicona.
El hombre pasó de buscar a una mujer, carne y hueso, por cambiar su estilo por mujeres plásticas, que sólo están dispuestas a entregar su cuerpo, a cambio de dinero, diversión y placer.

No podemos decir que vernos bellas no sea una opción, pero no podemos convertirnos en objetos de los hombres, que sólo buscan una mujer para pasar el rato, y es por ésta clase de mujeres “de silicona” que muchos hogares están perdidos.

Qué pena cuando digo que muchos hombres tienen el cerebro en medio de las piernas, pero no es mentira, pocas veces vemos a un hombre fijarse en una mujer por su inteligencia y valores, sino que necesitan para su varonil encanto de macho, a esas chicas plásticas que todo se les ve grande, ahí se les va la mejor parte de sus vidas, dejando de lado lo maravilloso que hubiera sido compartir momentos con aquélla mujer que escogió para que lo acompañara en su vida, con sus hijos, y todo lo que representa un hogar.

He visto muchos hombres equivocados, muchos chicos que van por el mismo camino de sus padres, finalmente cuando ya están viejos con su sexo pegado de los huevos,  llegar como perros falderos a las casas de sus esposas, quienes, claro, muchas los reciben para que ocupen la última habitación de la casa, en cambio otras  con su  rotundo: ¡“No gracias”!, han podido recuperar algo de sus vidas y han logrado ser felices.

Me apena por la juventud, por las jóvenes que no se aceptan como son, puede haber mejoras por ejemplo si  un cáncer ha mutilado uno de nuestros pechos o para sentirse mejor, más no para que el hombre nos vea mejores y utilizar el cuerpo como mercancía, pues dejaríamos de ser mujeres, para convertirnos en juguetes caros de ellos, en sólo objetos que lanzan a la basura si lo desean, y después de ahí no los tomarán nunca más.

¡Qué vano es todo!, si éstas chicas estuvieran conscientes de que la belleza es tan efímera como la vida misma, no se expondrían de tal manera, poniendo en peligro su salud, o tal vez no les importe sino la vanidad de creerse las más hermosas, para finalmente cuando ya el cuerpo se empieza a resentir por éstos cuerpos extraños, tener que admitir que al retirarlos quedarán peor de lo que iniciaron, ¡bolsas plásticas arrugadas!, me da mucha pena, pero es la gran realidad en nuestro tiempo.

Quiero envejecer dignamente, me hice una cirugía,  no puedo negarlo, por un cáncer, y bueno una reconstrucción para mejorar un poco, pero sin aceptar cuerpos extraños, quitar en vez de poner, ahí está el gran error, pero no lo hice por ningún hombre, lo hice por mí, por sentirme mejor, y que mi ropa se ajustara bien.

Muchas mujeres han muerto a causa de estas cirugías, muy jóvenes, también me expuse, y no me parece justo que con el regalo más hermoso que el Creador nos ha dado, juguemos de ésta manera, sólo por vanidad, y mucho menos por entregar nuestro cuerpo a los hombres para que se sientan bien como varones y  nos exhiban como perritos finos.

Chicas… ¡a despertar!… a valorarnos como seres humanos, nuestro cuerpo merece respeto, es el templo sagrado de nuestro espíritu.

¿Vale destruirnos y destruir a otros por algo que no vale la pena?
La juventud se va rápido… veloz…

Y si te miras al espejo, te darás cuenta que no eres más que una pequeña hoja al viento de cualquier árbol, sólo pequeñas mariposas que se vencerán antes de la próxima primavera, si no tomamos un cuarto de hora a pensar en la vida, y en la manera de manejar ese cuarto de hora que nos regaló ese Dios invisible que muchos niegan, a pesar de toda la grandeza que observamos cada segundo, y la manifestación diaria de su poder y gloria.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, febrero 22/13

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