DESNUDA
[29]
Estoy
desnudando mi piel en la tuya
un ardiente beso sobre tu pecho,
un desliz de mis manos en tus sedas negras
con el vaivén de nuestras cinturas,
y ese gemido que arrolla en besos y fantasías.
Desnuda
tu mente y déjame soñar;
sé el artesano de mis ardientes fantasías,
donde siempre estás.
Déjame
estar en ti,
será magnífico creer que es así.
Ahora
eres uno conmigo,
la humedad de mi corazón te espera,
la lluvia de mis ojos será plácida en tu pecho,
y en tus labios dormirá mi boca.
Retozarán nuestras lenguas, serán niñas
cuando mi orquídea entregue
a éste sueño maravilloso del amor.
Si
no has llegado aún
te espero sobre la peña,
en la roca fuerte que me lleva a ti,
en el silencio de mis noches
donde tus ojos duermen junto a mí.
Te
espero aquí, silenciosa,
ardiente entregaré lo que soy,
sumisa seré tuya una madrugada
o cualquier tarde lejana
sobre un arenal tibio y reposado,
con tus manos sintiendo que ya soy tuya,
y que eras el sueño hermoso por vivir.
Escucha
el murmullo del mar,
la voz de las cascadas frías.
Escucha un tambor sonar en mi corazón
y sabrás que era cierto,
es la verdad transparente de mi vida
con ésta angustia que me aleja de ti.
¿Qué
más quieres que te diga?
Te
lo he dicho de mil maneras,
mientras con otras hablabas
flores y aromas buscabas,
yo
estaba aquí viendo hacia tu ventana.
Quiero
tenerte a mi lado
o
seguir soñando contigo,
sabiendo
que jamás serás mío.
Eres de las alondras locas
que
van hacia el mar…
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
febrero 20/13
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