jueves, 10 de enero de 2013

ESCUCHANDO A MI VIEJA [65]


ESCUCHANDO A MI VIEJA [65]


¿Cuánto tiempo de tu vida piensas perder haciendo dinero para otros?

¿Sabías que el tiempo que gastamos acumulando dinero,

es tiempo que hemos dejado de vivir y disfrutar?

¿Cuánto sacas a diario para compartir con los seres que amas?
¿Vale la pena ser tacaño y mezquino, con aquéllos que necesitan de nuestro tiempo y dinero?

¿Has dado un beso a tus hijos?...

 Tu esposa ya no te ama,
pero puedes corregir tus errores y amar,
 amar sin medida, pero hacerlo.

¿Has pedido perdón por tus errores?

Debes hacerlo puede
ser tu última oportunidad.

¿Valió la pena compartir con extraños y gastar nuestro tiempo y dinero en licor o en prostitutas, teniendo una esposa fiel que nos espera en casa?

¿Fue mejor tu vecin@ que tu espos@ que cumple cabalmente con la meta propuesta a tu lado?... ¿Vale la pena el engaño?

¿Tu dinero ha podido comprar un minuto de felicidad?

¿O tal vez por tu ambición has causado infelicidad a otros?

¿Estarías dispuesto a renunciar un poco a la vanidad del mundo, a vivir, a disfrutar de la música y la naturaleza, abandonando la  esclavitud  del dinero, y buscar la opción de aprovechar tu hoy, en compañía de quienes te aman?, puedes buscar lo que más te agrade, ¿pero lo has pensado?...


Finalmente creemos que la vida es nuestra, pero le pertenece al universo, al polvo de alguna estrella que se empieza a formar.

Conocí a un tipo con mucho dinero, llegó de lejos a construir su mansión para disfrutarla con su amante, abandonando toda su vida anterior.

Cada día se sentaba frente a la obra, alquiló una casa frente a la mansión, y esperó pacientemente, mes a mes, hasta que estuviera lista.

El día que la obra estuvo terminada y podría  disfrutarla, ese día le dio un infarto fulminante y tiene nombre propio, fui admiradora de su juventud y belleza.

No ha sido solo Él, Dios nos da ojos para ver y oídos para oír. 

Siempre me impactó saber que estaba muy joven, tenía miles de posibilidades, pero nadie descubrirá nunca el día ni la hora, estaremos de centinelas, seremos paloma que espera al depredador, o  perro fiel que permanece alerta, así hemos de estar cada día.

Hoy puede ser nuestro último día, deseaba decirte que me gustas, que eres alguien valioso e importante para mí,  que eres esa mano amiga que necesitaba para continuar, sueño ver salidas de sol contigo, o desde mi ventana admirar lo maravilloso que son sus rayos tibios y el verdor de mi amado árbol, donde se cobijan miles de fantasías cada segundo.


No vale la pena mendigar amor, el amor rebota como un balón ante tus ojos, está ahí,  un día vendrá y te llevará de la mano a visitar los más divinos jardines, ese día, ni un dedo te señalará, porque Él te miró y secó tus lágrimas, para darte una nueva oportunidad de ser feliz.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 10/13





No hay comentarios:

Publicar un comentario