ESCUCHANDO
A MI VIEJA [65]
¿Cuánto tiempo de tu vida piensas perder haciendo dinero para otros?
¿Sabías que el tiempo que gastamos acumulando dinero,
es
tiempo que hemos dejado de vivir y disfrutar?
¿Cuánto sacas a diario para compartir con los seres que amas?
¿Vale la pena ser tacaño y mezquino, con aquéllos que necesitan de nuestro
tiempo y dinero?
¿Has dado un beso a tus hijos?...
Tu esposa ya no te ama,
pero
puedes corregir tus errores y amar,
amar sin medida, pero hacerlo.
¿Has pedido perdón por tus errores?
Debes
hacerlo puede
ser
tu última oportunidad.
¿Valió la pena compartir con extraños y gastar nuestro tiempo y dinero en licor
o en prostitutas, teniendo una esposa fiel que nos espera en casa?
¿Fue mejor tu vecin@ que tu espos@ que cumple cabalmente con la meta propuesta
a tu lado?... ¿Vale la pena el engaño?
¿Tu dinero ha podido comprar un minuto de felicidad?
¿O
tal vez por tu ambición has causado infelicidad a otros?
¿Estarías dispuesto a renunciar un poco a la vanidad del mundo, a vivir, a
disfrutar de la música y la naturaleza, abandonando la esclavitud del dinero, y buscar la opción de aprovechar
tu hoy, en compañía de quienes te aman?, puedes buscar lo que más te agrade,
¿pero lo has pensado?...
Finalmente
creemos que la vida es nuestra, pero le pertenece al universo, al polvo de
alguna estrella que se empieza a formar.
Conocí a un tipo con mucho dinero, llegó de lejos a construir su mansión para
disfrutarla con su amante, abandonando toda su vida anterior.
Cada día se sentaba frente a la obra, alquiló una casa frente a la mansión, y
esperó pacientemente, mes a mes, hasta que estuviera lista.
El día que la obra estuvo terminada y podría disfrutarla, ese día le dio un infarto
fulminante y tiene nombre propio, fui admiradora de su juventud y belleza.
No ha sido solo Él, Dios nos da ojos para ver y oídos para oír.
Siempre me impactó saber que estaba muy joven, tenía miles de posibilidades,
pero nadie descubrirá nunca el día ni la hora, estaremos de centinelas, seremos
paloma que espera al depredador, o perro
fiel que permanece alerta, así hemos de estar cada día.
Hoy puede ser nuestro último día, deseaba decirte que me gustas, que eres alguien
valioso e importante para mí, que eres
esa mano amiga que necesitaba para continuar, sueño ver salidas de sol contigo,
o desde mi ventana admirar lo maravilloso que son sus rayos tibios y el verdor
de mi amado árbol, donde se cobijan miles de fantasías cada segundo.
No
vale la pena mendigar amor, el amor rebota como un balón ante tus ojos, está
ahí, un día vendrá y te llevará de la mano
a visitar los más divinos jardines, ese día, ni un dedo te señalará, porque Él
te miró y secó tus lágrimas, para darte una nueva oportunidad de ser feliz.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 10/13
No hay comentarios:
Publicar un comentario