lunes, 3 de diciembre de 2012

MI PINTOR DE PAISAJES


Puerto Velero. Fotografìa: Sonia Rueda B. Barranquilla-Atl. Dic/12

MI PINTOR DE PAISAJES

Cuando ya el sol anunciaba su viaje y parecía fundirse con el mar...
Los escarlatas del cielo donde su calidez me repetía cada segundo, que un pincel mágico se deslizaría para entregar una obra nueva…

Cuando me di cuenta que las calmas aguas con ese susurro tenían voz
Y los colores mágicos del pincel de mi amado pintor se extendían, y era plácido el momento para recordar nuestro corto vuelo…

Allí… donde el último velero llegó a la orilla con abundante carga de niños silenciosos…

Sus pequeños ojos y sus corazones palpitaban aprisa como queriendo robar a la vida unos segundos más y a la brisa besos de sal.

Y nos apresuramos sin levantar el rostro…
Quisimos correr y llegar aprisa sin detallar que allí estaba ese Dios tan buscado…
Una gaviota estuvo ausente, un chorlito en el camino recordando que ese día estaba despojado de aves, como si desaparecieran del mundo…

Las construcciones, los grandes dragones de hierro derribando cerros y a la vez con ellos, todos los verdores donde la vida huye aprisa aterrorizada para morir bajo las negras fauces de veloces raptores sin alma, que se roban el sueño de existir, cada segundo…

Triste escuché el lamento del mar…
Las olas dispersas… escondidas…
Ni un alcatraz ni canto de gaviota…

Cerré los ojos para dibujarlos en mi pensamiento
Encontrando un paraíso habitado por la desolación
Donde el cemento se roba la vida
Y en un instante…
Los sueños anidaron donde se ocultó el sol.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 3/12

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