miércoles, 7 de noviembre de 2012

PEDRO

PEDRO

Parece que no encuentro las palabras
se enredan un poco en mi garganta
pero a un ángel pido que fluyan

y en su nombre llega una bendición.


Ha pasado el huracán devastador...

Nos ha robado el verdadero amor,

 entre las sombras buscamos con delirio
pero la luz marcha sobre nuestros pasos.

Llega la oscuridad, un haz de luz la hace brillar
nuestro tiempo se acorta en medio de risas y lágrimas
se desvisten los grandes árboles,
y todos seguimos a la par.

Detallo a Pedro con su habitual sonrisa
espero que las espinas no hieran,
pues te dejo una rosa sin ellas
un agradecido abrazo por tu tiempo
la oración de mi madre prendida de mis labios.

Un ángel llama y le respondo…
Un suspiro a rosas llega
hasta donde se desnudan las primaveras,
gotas de rocío sobre una lámpara que se apaga
un beso sobre tu frente, una despedida.

Alza la copa y brindemos…
Que no se atoren nuestros corazones
sin haber dicho un “te quiero”
que se tomen las manos y se levanten las copas con los que son,
la sangre no está en nuestras venas porque sí
hay un motivo sobre las estrellas
y una razón bajo el sol.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 7/12

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