Pintura Lucìa Rueda-Colombia/12
PALENQUERA
¡Alegría!...
¡Alegría!... ¡Alegría!...
Grita
la Palenquera huyendo a la pobreza
De
a poco con sus dulces sobre la cabeza
Pidiendo
un poco de felicidad con el fruto de sus manos.
Desde
el amanecer cosechando amores,
Cuida
a sus pequeños incansable
Laboriosa
atiende todo en casa
Mientras él, tal
vez la descubra en las noches
Y
deje un poco del dulce que ella le hurta a la vida.
¡Caballito!,
¡Cocada!, ¡Enyucado!...
Y aquí,
cuando la última palabra escucho
Aprisa
busco su mirada,
Mientras
las perlas de su boca descubro.
Son
un maravilloso regalo de sus alegrías internas
Una
palmera es su cuerpo de ondulante cadera
Con
enormes pechos llenos de agua viva.
Tantas
veces… de vuelta a casa aún llena su vasija,
Suspira
y sonríe al entrar a su hogar,
Allí donde Palenque
le permite un poco de libertad
Escapados
sus ancestros de las cadenas de la muerte
Con
el fierro entre sus piernas y las llagas en sus manos.
¡Alegría!...
¡Alegría!... ¡Alegría!...
Pareciera
que su eco resonara entre las paredes de calicanto
Donde
la savia de sus hermanos se amasó con la tierra
Levantando
castillos con su dolor y su hambre
Atragantados
de sufrimiento, queriendo abrir sus alas quebradas
Donde
un grito de libertad al fin llegara.
Más no… aún hoy
en Palenque se respira tristeza,
Pero
ellos tienen la fortaleza de los diamantes negros
Y
seguirán… aunque lejos de su África subsistan
Siendo
sangre de mi sangre, que corre en un río revuelto.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
octubre 13/12
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