Bienvenido sol, bienaventurada luna
Rayos que desde el cielo azotan mi piel
Tus manos, la música en los océanos de mis lágrimas.
Altaneras las rocas se desvisten para el mar
Y sus besos quedan en la playa fundidos una vez más
Y tú… dejas mi mente abierta a los deseos
Tomo las castañuelas de tus labios
Y con mis manos danzo sobre tu vientre.
Me pierdo en la gracia de este amor ciego
Se oscurece mi mundo y de nuevo te encuentro
Navegando en el silencio de una playa desierta…
Toma la cintura que mece la brisa…
Una palmera que teme envejecer sin un beso tuyo
Y los sonidos que parecen llegar de lejos
Donde espera una silla por ti, aún vacía
Un cristal lleno de rosas rojas,
Dos velas encendidas.
Raquel Rueda Bohòrquez
Barranquilla, septiembre 1/12
Y sus besos quedan en la playa fundidos una vez más
Y tú… dejas mi mente abierta a los deseos
Tomo las castañuelas de tus labios
Y con mis manos danzo sobre tu vientre.
Me pierdo en la gracia de este amor ciego
Se oscurece mi mundo y de nuevo te encuentro
Navegando en el silencio de una playa desierta…
Toma la cintura que mece la brisa…
Una palmera que teme envejecer sin un beso tuyo
Y los sonidos que parecen llegar de lejos
Donde espera una silla por ti, aún vacía
Un cristal lleno de rosas rojas,
Dos velas encendidas.
Raquel Rueda Bohòrquez
Barranquilla, septiembre 1/12
No hay comentarios:
Publicar un comentario