jueves, 27 de septiembre de 2012

MI GREÑUDO


Anderson Q.E.P.D. con Paulita y Santiago.



MI GREÑUDO

Mi greñudo estaba impaciente… no sabía cuando era su turno, y con sus ojos de avizor como un águila tierna, sólo observaba a cada uno, detallando de sus ojos el iris y de sus labios las palabras.

Santiago aún no sabía de la vid
a, sólo era un compañero más en su incierto viaje…
Copió del lince su agudeza y del ave rapaz sus alas, y como cometa al levantar vuelo
Entregó todo sus sueños al destino…

Sería uno de tantos viajes tan añorados y esperados… el gran capitán de su propia nave, el futbolista que tanto júbilo entregó en sus pocos años, con esa velocidad de gacela sobre la inmensa pradera de sus sueños.

Él sabía que todo lo que anhelamos se logra… su mirada me parecía en el fondo un poco triste, nostálgica… algo en su interior no estaba completo, lo percibí muchas veces… y sobre el inmenso cerro trataba de elevarse de nuevo abriendo sus enormes alas a un paraíso ajeno a sus anhelos.

Impaciente doblaba el boleto de su viaje, tantas veces, donde sus manos señalaban ese victoria que nunca olvidaremos, entretejidos sus brazos en las doncellas, lleno de besos de sus amantes que lo acorralaban, y en su interior ese vacío extraño que en sus ojos siempre observaba.

Mira inquieto, anhelante… tal vez éste sería su gran sueño, donde alguna vez me prometió muchas cosas que no había logrado, su primer sueldo, todo lo que podríamos hacer con él…
Pero de nuevo, en medio de una blanca espuma que se robó su fuerza…
Marchó mi greñudo…
Sin entregar su última mirada, y sin pronunciar su boca hermosa ese “te quiero” que nos robó esa huella oscura que nos sigue…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 7/12

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