viernes, 28 de septiembre de 2012

LINCES

LINCES/ A Ricardo García

El corazón de un roble me fue donado
Aquí en su interior guardaré mis tesoros
Incierto es caminar sobre las rocas
Cuando el depredador acecha aún en las noches.

Guarda mis suspiros la mañana
Una oración nueva cada día,
Ojos de lánguido mirar incierto es vivir
Cuando de los ociosos las manos sólo derriban.

¡Qué enojada estoy…!
Dentro de mi alma han escudriñado
Ahora no habrá paz mientras mis sueños
necesiten del auxilio de mis labios.

Correré, miraré hacia el norte que invita
Tal vez allí reciba una mano silenciosa,
O pueda ser que sobre las resecas ramas caídas
Pueda esconder de mi pecho lo que tanto amo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 2/12

No hay comentarios:

Publicar un comentario