TEJIENDO
Qué madrugador amaneció hoy el toche
teje y teje su soberbio nido
sólo bondad cobijará
si ella desea... si tiene tino...
Más no sólo en tejer se entretiene
aquél que de doradas alas se viste
canta cuando debe hacerlo
silencia cuando está más feliz que triste.
Ahí va mi madrugador monacho...
con sus doradas alas tejiendo un nido
y yo me quedé sin él...
y por aquí no habita el olvido.
Ya mañana vendrá aquélla
la que lo ilusionó con sus ojos
la que lo enamoró con sus brillos
y anidará tiernamente sin negarle sus cariños.
Teje que teje mi monacho...
sobre un inmenso árbol...
parece quebradiza la rama
pero es tan fuerte como ese amor
que sostiene su abullonado nido.
Y de nuevo... cuando ya cansado de tejer...
se abandona a su destino...
allí en la fronda de su alma
anidó mi eterno cariño.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 11/12
Qué madrugador amaneció hoy el toche
teje y teje su soberbio nido
sólo bondad cobijará
si ella desea... si tiene tino...
Más no sólo en tejer se entretiene
aquél que de doradas alas se viste
canta cuando debe hacerlo
silencia cuando está más feliz que triste.
Ahí va mi madrugador monacho...
con sus doradas alas tejiendo un nido
y yo me quedé sin él...
y por aquí no habita el olvido.
Ya mañana vendrá aquélla
la que lo ilusionó con sus ojos
la que lo enamoró con sus brillos
y anidará tiernamente sin negarle sus cariños.
Teje que teje mi monacho...
sobre un inmenso árbol...
parece quebradiza la rama
pero es tan fuerte como ese amor
que sostiene su abullonado nido.
Y de nuevo... cuando ya cansado de tejer...
se abandona a su destino...
allí en la fronda de su alma
anidó mi eterno cariño.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 11/12
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