HABLANDO CON LA PARCA
En donde está la parca
sombra oscura que me sigue
me muestra sus fieros colmillos
le temo y me persigue en silencio.
Ahuyento su sonido que es como bruma
temo que sobre mí duerma
y me levanto airosa y altanera.
Aparto su oscuro traje
el camino espera un nuevo paso,
aún cansada, aún pesada no persigo
que me busque, no anhelo su llegada.
Marcha veloz con el alcatraz
aquél que pareciera huír sobre las nubes
y me acojo a la bondad de un nuevo día.
Revienta la pradera en exquisiteces
invento que será mañana cuando llegue
no estaré sobre la silla en su espera...
Escondida estoy, pero ella lo sabe
que al mirar en el espejo de mis aguas
me tomará sin prisas cuando quiera,
sin importar mi traje adornado de esmeraldas
ni los diamantes que dentro de un cofre guardo.
No te apures parca traicionera...
aún no quiero, aún espero del sol en el ocaso
de las mañanas el toche dorado
de sus labios en los míos un sueño apacible.
¡Huye!... escóndete en los umbrales del silencio
más déjame tranquila, no te turbes...
otros más afanados que yo te buscan
no dañes mis sueños de ahora, que aunque inútiles
servirán para ver mañana, esa salida de sol tan anunciada.
Toma tu negro traje y escóndete un rato...
el mundo tiene un hedor extraño, más que muerte
es la indolencia la que mata...
más que marcha es el desamor que aniquila
y tú te entretienes en cosas vanas
déjame escuchar una hermosa melodía...
Quiero que te tomes un trago conmigo
te emborracharé para que descanses de tus sudores
harto trabajo tienes, ¿no te aburres?
tómate un café conmigo... y duerme un poco.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 28/12
En donde está la parca
sombra oscura que me sigue
me muestra sus fieros colmillos
le temo y me persigue en silencio.
Ahuyento su sonido que es como bruma
temo que sobre mí duerma
y me levanto airosa y altanera.
Aparto su oscuro traje
el camino espera un nuevo paso,
aún cansada, aún pesada no persigo
que me busque, no anhelo su llegada.
Marcha veloz con el alcatraz
aquél que pareciera huír sobre las nubes
y me acojo a la bondad de un nuevo día.
Revienta la pradera en exquisiteces
invento que será mañana cuando llegue
no estaré sobre la silla en su espera...
Escondida estoy, pero ella lo sabe
que al mirar en el espejo de mis aguas
me tomará sin prisas cuando quiera,
sin importar mi traje adornado de esmeraldas
ni los diamantes que dentro de un cofre guardo.
No te apures parca traicionera...
aún no quiero, aún espero del sol en el ocaso
de las mañanas el toche dorado
de sus labios en los míos un sueño apacible.
¡Huye!... escóndete en los umbrales del silencio
más déjame tranquila, no te turbes...
otros más afanados que yo te buscan
no dañes mis sueños de ahora, que aunque inútiles
servirán para ver mañana, esa salida de sol tan anunciada.
Toma tu negro traje y escóndete un rato...
el mundo tiene un hedor extraño, más que muerte
es la indolencia la que mata...
más que marcha es el desamor que aniquila
y tú te entretienes en cosas vanas
déjame escuchar una hermosa melodía...
Quiero que te tomes un trago conmigo
te emborracharé para que descanses de tus sudores
harto trabajo tienes, ¿no te aburres?
tómate un café conmigo... y duerme un poco.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 28/12
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