domingo, 29 de julio de 2012

BABOSADAS DE SHEILA


BABOSADAS DE SHEILA

Tal vez deba hablar de burros, de yeguas, de elefantes, ya no sé, de aquéllos amorfos tiempos que me hacen dormir en invierno, y que a la larga no sirvieron de nada, o deba decir lo que ya todos dijeron y repetir de nuevo los mismos cuentos. Lo cierto es que se debe buscar en qué ocupar la mente, lo único es que de la manera que lo haga, sin importar lo que sea, siempre busco la forma de no dañar a nadie.

Hoy dije: ¡Qué se envenenen todos esos pelados maricas que se la pasan en las esquinas arreglando el mundo a punta de marihuana y que llegan a la casa embadurnados de semen, ya estoy harta de éste mundo corrupto, de la necedad de los muchachos, yo también fui uno de ellos y no me llené de bazuco.

Aburrida de tanto ladrón en las calles, de la corrupción en los bancos, de esos empleados delincuentes que avisan a sus compinches cuando alguien saca dinero, y después con un arma en la frente te hacen besar el suelo... si acaso se sobrevive al ataque,mientras el delincuente  con sueldo permanece callado, y la policía sigue su camino... como si nada hubiera pasado.

O hablo mejor de los perros callejeros llenos de sarna que se beben a sorbos el mundo, que arrastran a las perras y que todos ríen y golpean porque en un segundo pareciera, que fuera placer el motivo, es que así están las cosas, nos envenenamos tanto y por todo, que olvidamos que paso a paso... vamos dejando éste mundo.

Mejor hablo de la paloma que estaba en mi puerta, día a día un grano de arroz, ¡ah pero alguien eleva una queja!... ¡claro, dando nuestra comida a esos animales!, como si no fuéramos bestias que gracias al azar se nos llena de granos el plato.

Ni diré que al rato, cuando salí de nuevo a la puerta, después del gran insulto... ahí estaba... o ya no estaba... parecía un crucifijo...mañana bajo la foto, cuando aquél loco desalmado dejó sus llantas encima y además llevaba esa sonrisa... qué sólo ahonda mi inquina.

Qué pena... y no estoy aburrida... ocupo mi tiempo dejando algo para silenciar mis culpas, para ver si nos pellizcamos, hoy todos con cara de abuso nos pasamos el dato de un impuesto corrupto aquí en Barranquilla, donde no hay quién detenga a éstos que viven de chupar nuestra sangre.

Ya imagino éstos dineros... manteniendo a un poco de bagazos en el extranjero, tragando peor que los cerdos para que lleguen mañana gordos e inflamados, disfrutando de lo que nos falta en la mesa, ésta manada de bandidos que se chutan la pelota y dejan en bancarrota a éste pueblo tan herido.

Y si... hoy no tengo pedigrì... ese se lo dejo a mis perros... porque de éste mundo me harté, de la hipocresía, de la falsedad, de tanto abotonado y encorbatado que se roba de los pobres el sustento, que vive de palabras bonitas y las francas no las utilizan; que para hablar el español, sólo se necesita un plato lleno en la mesa, dinero para sobrevivir, y al menos... al menos una palabra de aliento de ese enemigo, que convive contigo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 13/12

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