miércoles, 13 de junio de 2012

EN MIS SUEÑOS...

Foto: EN MIS SUEÑOS


Como un durazno maduro era tu piel
Jugosos tus labios, rica tu nuez
Y entre suspiros me fui perdiendo
Despertando peor que ayer.

Como una liebre eran tus dedos
Sabías como el artesano fabricar sensaciones,
Pero el camino fue largo y me ha demostrado
Que eran para otras tus creaciones.

Seguí soñando que divinos esteros vería
Siempre caminando de tu mano…
Pero  la realidad era muy fría
Y tus ojos casi inhumanos.

Seguí soñando: 
Había un gran árbol, pleno de frutos
Y los maduros todos cayeron,
Los tomé todos entre mis brazos
Pero los más ricos se me perdieron.

Había un lago donde creía mirar tus ojos
Eran azules como soñaba…
Olías a hombre como quería…
Tenías los brazos fuertes y grandes
Más desperté descubriendo 
Que no eran míos, eran ajenos…

Quise mirar éste camino…
Qué triste saber de tu boca que nunca me amaste,
Que los azahares fueron fingidos
Mientras tu vida y tu calor a otras brindabas.

Ya no me importa tu limonero
No me interesan tus azahares…
Descubrí unos ojos que sí me quieren
Viven lejanos  pero son míos…
Y cuando duermo entre sus brazos
Sólo espero que no grites…
Para que no dañes  hasta mis sueños,
Despertando de nuevo a mis realidades.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 13/12

EN MIS SUEÑOS

Como un durazno maduro era tu piel
Jugosos tus labios, rica tu nuez
Y entre suspiros me fui perdiendo
Despertando peor que ayer.

Como una liebre eran tus dedos
Sabías como el artesano fabricar sensaciones,
Pero el camino fue largo y me ha demostrado
Que eran para otras tus creaciones.

Seguí soñando que divinos esteros vería
Siempre caminando de tu mano…
Pero la realidad era muy fría
Y tus ojos casi inhumanos.

Seguí soñando:
Había un gran árbol, pleno de frutos
Y los maduros todos cayeron,
Los tomé todos entre mis brazos
Pero los más ricos se me perdieron.

Había un lago donde creía mirar tus ojos
Eran azules como soñaba…
Olías a hombre como quería…
Tenías los brazos fuertes y grandes
Más desperté descubriendo
Que no eran míos, eran ajenos…

Quise mirar éste camino…
Qué triste saber de tu boca que nunca me amaste,
Que los azahares fueron fingidos
Mientras tu vida y tu calor a otras brindabas.

Ya no me importa tu limonero
No me interesan tus azahares…
Descubrí unos ojos que sí me quieren
Viven lejanos pero son míos…
Y cuando duermo entre sus brazos
Sólo espero que no grites…
Para que no dañes hasta mis sueños,
Despertando de nuevo a mis realidades.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 13/12

No hay comentarios:

Publicar un comentario