A/ Alda Gladys Harrand L
Dicen que nosotras somos las rosas
que abrimos cada segundo a la vida;
que llenamos los jardines
con nuestro encanto
como pétalos de seda,
adornando éste paraíso.
Dicen que cuando abren sus brazos las rosas,
el perfume es tan suave y cálido,
que los colibríes llegan por nuestro aliento
besan y abanican nuestros labios
entregando de sus picos el tesoro.
Dicen que cuando nació una rosa llamada Alda,
una princesa lloró de emoción ante sus ojos
y una lágrima de amor brotó;
y desde su pecho,
tibios manantiales
que ante sus lloriqueos insistentes
la hicieron orar por ella,
mientras una mariposa de colores
brotaba de a poco,
siendo la más bella.
Barranquilla, junio 7/12
No hay comentarios:
Publicar un comentario