SOBRE LA NIEVE/Josefa Alcaraz Martínez
Aún sin creer que nada soy
Sólo en observar tus ojos me detengo,
Y un oasis de dulzura encuentro
Que se pierde en la hermosura de tus cerros.
Sin comprender la razón;
Un precioso regalo en mustio jardín,
Más deletreo tu nombre y me confundo
Y recuerdo tus besos y me pierdo.
Casi que a oscuras vago...
¡Qué camino tan oscuro pareciera divisarse!
Pero escucho ésta melodía exquisita,
Y en mi alma hace nido una calandria.
Ya tus trinos escucho...
Me deleito en la música de nuevo
Y mis ojos a observar me incitan,
Y tus labios a enloquecerme y me conmuevo.
Y el sendero hacia ti aparece...
Con ese sol de extendidas alas
Sólo oro, solo magia la que en ti habita
Y me enloquezco de amor como una flor nueva.
No importa que esté hoy gris mi ocaso
Que marcharan mis amores en oscuros momentos;
Que mi alma esté vagando en su búsqueda,
Si al fin y al cabo, en la música los encuentro.
A mi cisne he visto callado y solitario
Aún no escucha éste cántico de amor;
Se pasea por una ribera transparente
Observando en detalle otra flor.
Pero ahí… cuando el lloro pareciera descubrir mis sentimientos
En un mástil que aparece tallado en nieve y espuma;
Te encuentro de nuevo y doblo mis rodillas...
Y con una triste mirada, me entrego...
pues eres todo lo que tengo.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 28/12
Dedicado a mi amiga del Desván del Poeta: Josefa Alcaraz Martínez.
Aún sin creer que nada soy
Sólo en observar tus ojos me detengo,
Y un oasis de dulzura encuentro
Que se pierde en la hermosura de tus cerros.
Sin comprender la razón;
Un precioso regalo en mustio jardín,
Más deletreo tu nombre y me confundo
Y recuerdo tus besos y me pierdo.
Casi que a oscuras vago...
¡Qué camino tan oscuro pareciera divisarse!
Pero escucho ésta melodía exquisita,
Y en mi alma hace nido una calandria.
Ya tus trinos escucho...
Me deleito en la música de nuevo
Y mis ojos a observar me incitan,
Y tus labios a enloquecerme y me conmuevo.
Y el sendero hacia ti aparece...
Con ese sol de extendidas alas
Sólo oro, solo magia la que en ti habita
Y me enloquezco de amor como una flor nueva.
No importa que esté hoy gris mi ocaso
Que marcharan mis amores en oscuros momentos;
Que mi alma esté vagando en su búsqueda,
Si al fin y al cabo, en la música los encuentro.
A mi cisne he visto callado y solitario
Aún no escucha éste cántico de amor;
Se pasea por una ribera transparente
Observando en detalle otra flor.
Pero ahí… cuando el lloro pareciera descubrir mis sentimientos
En un mástil que aparece tallado en nieve y espuma;
Te encuentro de nuevo y doblo mis rodillas...
Y con una triste mirada, me entrego...
pues eres todo lo que tengo.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 28/12
Dedicado a mi amiga del Desván del Poeta: Josefa Alcaraz Martínez.
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