ANDERSON:
Sólo
diré que fuiste un buen muchacho
Una
piedra mal puesta en el camino fue la causa…
Tantas
preguntas, pocas respuestas
Pero
siempre la fe nos conducirá a una.
Tantos
abrazos y besos de cariño
Bella
juventud que voló en alas metálicas
Triste
viaje, sin saber quién lo programó
No
creemos que haya sido Dios…
Pero
nuestra fe nos conducirá a un sí,
Fue
su voluntad.
Tantos
trabajos a temprana edad
Las
carreras en una nave asesina
El
mundo, el caos de hoy detrás de mucho y nada
Y
ahora… vivir sin tu hermosa presencia,
De
ángel que sabe amar todo lo que existe.
Fuiste
el enamorador de todas las flores del camino
La
negra de las alegrías con sus lágrimas
Él
me decía que me amaba me gritaba fuerte:
¡Negus
te amooooo!... así lo repetía cada vez que yo pasaba
Aún
no lo puedo creer Dios mío…
Tus
amigos en el negocio con sus ojos empañados incrédulos
Aún
no asimilamos tu partida tan triste y dolorosa para todos
¿Pero
es que acaso hay una partida que no sea triste?
Siempre
mi corazón lindo, mi Matachito amado
Estarás
aquí, tu alegría contagiosa, tu relajao fascinante
Como
anunciando que la vida es mucho más que trabajar tanto
Tu
fascinación por las mujeres para amarlas y entregar lo que eras
Sin
discriminar ni mirar a nadie como menos…
Dijiste
que no soportarías ver a tu abuela…
Y
fue el jefe quien decidió por ti al llevarte entre sus brazos
De
una manera que aún como seres humanos no aceptamos
Pero
que debemos admitir como creyentes en Cristo.
Ahora
que detallo tantas cosas de tu vida…
Estoy
segura de que sin importar la forma de tu marcha
Dios
estuvo ahí contigo para recibirte…
Sin
sueños que pretendan anunciar otra cosa,
Estás
ahí en el cielo con esa enorme sonrisa
Sobre
una gran nube blanca y los dorados y rojos
Acariciando
tú limpia piel de joven virtuoso, calilloso y enamorado.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
mayo 7/12
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