Santiago y Jhonny
JHONNY
Jhonny tenía cáncer, poco a poco lo consumió y su mirada últimamente era muy triste, pero aún tenía alientos para observar con ese cariño entrañable y batía su pequeña cola, mientras casi sin ánimo se recostaba en cualquier rincón avergonzado.
Sabía que sus días estaban contados y sentía mucha pena, ese día cuando los ladrones entraron a la casa de mi hermana, no pudo ladrar como siempre lo había hecho, ni pudo proteger a esas personas que eran todo en su vida, y con una triste mirada de culpabilidad los miró como si hubiera sido responsable de lo sucedido.
Tantas veces puso su vida para proteger a sus amos, a esos seres que Dios le había entregado, y tantas observó con aquélla mirada suya, mientras los años pasaban y escuchaba en silencio sus risas y sus cantos… y las voces de los niños que envejecieron a la par con él.
Hoy Jhonny marchó... él nació el día que alguien quiso volar a un destino diferente, pero él vivió cada segundo entregando, cada minuto amando, siempre amando y por ésta razón, no era posible esperar a ver sólo sus huesos forrados en piel... hoy marchó con la ayuda de alguien... así como llegó... como una suave y fresca brisa... mientras alguien volaba... muy lejos también.
Tal vez ni sus restos veamos, ni los tomemos... otros se encargarán de sus cenizas, yo me quedo con su recuerdo y todos quienes lo amamos, como ha de ser... por ser nuestro ángel guardián y por cumplir cabalmente como todo un ángel bondadoso con el trabajo asignado por el destino.
A tu memoria perrito bueno...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 2/12
Jhonny tenía cáncer, poco a poco lo consumió y su mirada últimamente era muy triste, pero aún tenía alientos para observar con ese cariño entrañable y batía su pequeña cola, mientras casi sin ánimo se recostaba en cualquier rincón avergonzado.
Sabía que sus días estaban contados y sentía mucha pena, ese día cuando los ladrones entraron a la casa de mi hermana, no pudo ladrar como siempre lo había hecho, ni pudo proteger a esas personas que eran todo en su vida, y con una triste mirada de culpabilidad los miró como si hubiera sido responsable de lo sucedido.
Tantas veces puso su vida para proteger a sus amos, a esos seres que Dios le había entregado, y tantas observó con aquélla mirada suya, mientras los años pasaban y escuchaba en silencio sus risas y sus cantos… y las voces de los niños que envejecieron a la par con él.
Hoy Jhonny marchó... él nació el día que alguien quiso volar a un destino diferente, pero él vivió cada segundo entregando, cada minuto amando, siempre amando y por ésta razón, no era posible esperar a ver sólo sus huesos forrados en piel... hoy marchó con la ayuda de alguien... así como llegó... como una suave y fresca brisa... mientras alguien volaba... muy lejos también.
Tal vez ni sus restos veamos, ni los tomemos... otros se encargarán de sus cenizas, yo me quedo con su recuerdo y todos quienes lo amamos, como ha de ser... por ser nuestro ángel guardián y por cumplir cabalmente como todo un ángel bondadoso con el trabajo asignado por el destino.
A tu memoria perrito bueno...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 2/12
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