miércoles, 28 de marzo de 2012

SEMBRANDO ÁNIMO

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SEMBRANDO ÁNIMO

Solemos convertirnos a veces en jueces tan severos y crueles con los demás; que tantas veces olvidamos que en las mismas conchas podríamos resbalar, inclusive tal vez ya estemos cayendo.

Una nueva oportunidad, un abrazo olvidando rencores pasados, una espina menos en las palabras, una sátira a la que no hacemos caso, una oración cada mañana... es tan poco el tiempo, se acortan los segundos y los acabamos odiando y envidiando a los demás.

Cada persona que cae ha sido tocada, muchas veces la piedra puesta a propósito, ¿pero acaso no somos humanos?... es ahí donde está la diferencia con los otros animales, pero tenemos la capacidad de levantarnos de nuevo y sonreír, cada segundo que nos done el Creador para dar la mano, para regalar esa sonrisa negada, para dejar de fruncir el ceño desaprovechando instantes para ser felices.

¿Sabemos la gotera que vive en casa ajena?... que no nos convirtamos en jueces tan severos, que cuando estemos abajo, todos pasen de lado... que no nos creamos tan seguros en nuestro aparente bienestar olvidando a quien transita a la par y que ha sido tumbado del caballo;  es ahí donde nos pone a prueba la vida... es aquí en donde sacaremos aquello que muchas veces los animales que creemos inferiores a nosotros han demostrado que pueden tener en abundancia, ser aún más sensibles y sentir más el deseo de entregar  y amar...hasta parecer más humanos que nosotros.

Qué bonito mirar un rostro nuevo cada día, ver ánimo y brillo y escuchar un saludo, que no nos dejen con la palabra en la boca y con los brazos extendidos...

Llega el momento de la reconciliación y el perdón, de decir tantas veces "te quiero", te puedes levantar y aceptar que alguna vez hemos fallado, que hemos robado oportunidades a otros por querer sobresalir y hemos señalado con un dedo... ya todos sabemos que los otros nos señalan a nosotros.

Un Dios de amor, de reconciliación y de perdón... los días están cada vez más azotadores, las brisas más fuertes y los tiempos más devastadores... dediquémonos a sembrar... muchos árboles... sin importar que el depredador llegue como una sombra y lo derribe, ya tendrá que entregar cuentas de su obra.

Regalar sonrisas a tantos corazones abatidos... yo en éste momento necesito de ese abrazo y de esa sonrisa... sé que muchos también y envío mi sonrisa y mi abrazo de aliento a tantos que están huérfanos y necesitados de una caricia y de una palabra de ánimo.

Que nos encuentren confesados, pero nunca señalando a los demás…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 28/12

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