.¿Sabes qué descubro en ti?
Que siempre tienes una sonrisa
la mirada tuya tiene un brillo encantador
palabras de amor para regalar.
Me encantan esas manos tuyas…
aunque sé que no las puedes mover
esas piernas tuyas que algún día volaron
recorrieron senderos y caminos...
Pero hoy... Están descansadas
porque a veces no comprendemos
éste incierto viaje que es el destino.
Aprendí a verte ahí siempre
con esa calidez de tu voz...
Aunque no la escucho la presiento...
Pareces volar aunque no tengas alas
y dibujar aunque tus manos no agarren un pincel…
tienes la mente activa a los sueños
y la voz tiene la calidez de una cascada...
¿Sabes qué me gusta de ti?
Que siempre estás alegre ...
Que has aprendido a valorar cada segundo
y que el palpitar de tu corazón
es suave y cálido; y que cuando te miro...
Un brillo mágico aparece en tu rostro
y se dibuja la felicidad...
Me gusta de ti... Que sabes llorar
que me aferro a tu cuerpo y sólo esperas
ya estás entregado...abandonando...
Sabes que no puedes luchar contra algo ajeno a ti...
Descubro hoy... Que he sido una ingrata
que eres un gran ejemplo a seguir,
mientras en el cielo azul una gran estela se curva
mostrando la magia de un iris de colores
tan esperanzador; que ya no tengo miedo
y también como el cordero ante esa fría daga,
no me aferro a nada...
Todo lo entrego...
Hay una luz que todo lo nutre… llena de vida los esteros
una voz que trae la brisa de mañana
un perfume que huele a flores del campo
y es allí... En donde al fin retornaré
Y en silencio… dobladas mis rodillas
La promesa de un mañana siempre estará aquí
Cuando observe una hoja mecida por el viento…
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 7/12
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