jueves, 2 de febrero de 2012

YA LOS ENCONTRARÉ MAÑANA...


Ya los encontraré mañana...

Alguien me habló de una hoja mecida por el viento… de la voluntad de una cometa que se ha levantado airosa y sólo llega a su destino  cuando él lo decide y cambia su ruta…

Me pidió que hablara de las vanidades, de la que tanto se ha dicho pero que nadie quiere acatar, de los pies descalzos, de las aves viajeras que retornan  en un día cualquiera inspirados por los olores frescos que llegan traídos por esa misma brisa suave…

Creo que lo haré mañana… hoy estoy cansada,
Cuando haya devorado éstos minutos y los haya masticado y pueda digerir  todo lo que sucede en mi país, estoy agotada de las bombas que explotan a diario, hoy reventó otra, nuevas miradas turbadas, ojos que agonizan en llanto… creo que se descansaron llenos de promesas y pendientes besos y sus alas se extendieron  sobre negros pedazos de sus propios escombros…

Que no se quejen mañana… cuando descienda en mi caballo blanco y cometas de colores surquen el cielo, los encontraré descansados y risueños de todo el mal hecho, creo que estarán sin las botas y una copa de cristal estará  en medio camino, con unos fusiles agotados de la muerte y unas miradas envenenadas de odio…

Ese alguien me susurra que faltarán goleros…  que tañen desde ya...campanas que se habían anunciado...
Nuevos desvelos, nuevas lágrimas que llenarán el mar de cánticos agónicos…

¡Cómo se vende el café!...  El rico café que huele a muchachas humildes, a campesinos que labran la tierra tratando de arañar esperanzas, cómo huele a tierra fresca, a pino a helecho tierno, mientras se levantan de nuevo surcando las faldas de verdes montañas…

Allí a lo lejos los encontraré… arrinconados abrazando piernas, sorbiendo de tetas  rellenas y culos  sedientos de sexo… no tendré recelo alguno… ¡ya están marcados!… sus mismas miradas los delatarán, sus palabras los conducirán al cadalso del castigo eterno.

Ellos serán protegidos, seguirán cultivando amapolas, ya no sabré si sus flores malditas por ellos,  seguirán adornando los cerros de mi patria amada o nuevas leyes se crearán y nuevas multitudes de seres hambrientos de dinero aparecerán y seguirán regando la sangre y seguirán con una biblia bajo el brazo: orando… orando… orando… mientras de su corazón salen disparos que matan.

Ya los encontraré a todos, los necios, descansados tratando de levantar una copa de cristal…

Raquel  Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 2/12

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