lunes, 20 de febrero de 2012

NAVEGANDO EN LA BARCA DE MYRIAM

Aquí estoy amigos, la barca aún sigue esa marcha...
desde aquí observo veloz el viento 
pareciera reventar esa bandera ondeante
sus navegantes siguen una ruta...
hoy están perdidos... pero esa marcha indicará un destino.

Ese marinero me engañó... marchó con otra
de lágrimas llené mi oasis, donde planté cardos perfumados
allí quedó mi corazón batido por las olas
allí se esfumó mi alegría y mi pierna de madera.

Seguiré cojeando por éste mundo...
la barca... la preciosa barca aún navega
se han cerrado otros sitios bellos
donde los luceros estrellados amaban a la luna
y donde los poetas sentían dolor por una partida.

Ya no importa cuánto viaje...
cuánto navegue o cuánto sueñe
me importa ver esa bandera ondear siempre
las palabras que se regalan dulcemente,
los amantes que se funden en uno solo
y los Galeones que viajaron temprano
llevando todos los tesoros de mi patria.

Allí han de estar... vestidos con trajes de seda
bordados de lentejuelas, de esmeraldas...
pero tan vacíos por dentro...
tan faltos de amor... mostrando tesoros ajenos
y señalando al mundo con un dedo...
mientras el resto señala su cuerpo
que mancilló nuestro honor y gritó:
¡tierraaaa! ¡tierra para regar simientes a la fuerza...
y para ultrajar a mi pacha mama...
que aún llora con ese canto de tambor
que suena en mi pecho.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 12/12

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