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CORAZÓN DE NIÑA (65)
Para mis amigos este corazón de niña.
Ellos me conocen,
entre todas las alondras
entre todas las alondras
que esperan bajo la sombra de un encino
en la misma estancia que les nombro,
esa mirada altiva que de mí huye.
¡Qué niña soy a veces!...
¿Qué importa la nube blanca
si el cansancio vence,
pero el anhelo florece?
si el cansancio vence,
pero el anhelo florece?
Vengo a danzar contigo amado mío...
Amor de viento aromado a pino.
¿Qué cantares te he de enseñar
para que tus ojos en mí se fijen?
para que tus ojos en mí se fijen?
Deja que sus manos dibujen en el teclado
una melodía de amor para mi oído,
un abrazo para ti, juntando el vientre
con tus flores pálidas en mis labios
y el tambor de tu corazón
agitando este fuego que por ti se enciende.
y el tambor de tu corazón
agitando este fuego que por ti se enciende.
¿Quién es viejo si el espíritu no muere?
Viejos los vivos que no sonríen
y viejos los muertos que olvidamos.
Viejos los que no danzan,
viejos los que andan por la vida
sin un amor ni en sueños,
sin un poema en sus labios,
sin una oración en la boca.
Quiero ser la niña de tus ojos
la enredadera en tu talle,
el dorado que ilumina tus pupilas,
la vieja que te roba el sueño.
Quiero gemir como una nena
cuando bese tus labios
me quede con tus granos de arena
que invitan desde tu retrato
a olvidar mis penas.
me quede con tus granos de arena
que invitan desde tu retrato
a olvidar mis penas.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 6/11
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