lunes, 9 de enero de 2012

AMORCITO CORAZÓN (58)

AMORCITO CORAZÓN (58)

Me invitaste un almuerzo,
creo que a una sanchochería.

Comimos puerco asado a la brasa
ensalada con mucho guacamole
y encima no podía faltar
 un espumoso guarapo.


Ya empezaba el atardecer 
un roce de tus ásperas manos.

Te miré, nos miramos,
con palabras grotescas me dijiste: ¿me lo das?

¿ Qué puedo hacer si la carne es débil?
Mi amorcito corazón llegó como potro salvaje 
sus palabras..., ¡esas eran sus palabras!,
¡su manera de decir cuánto me amaba!

Se inició el apuro, se pagó la cuenta...
En el agite de unos brazos 
que no dejaban que marcháramos
sólo dijo: ¡vayan a comer mierda!... 
¡Me voy directo pa la cama!

Todo era presuroso 
y en medio de carcajadas
salió mi amor... 

Regálame una caricia corazón -le dije-
Tan sólo un beso de tus labios...
Toma mi talle que ansioso espera por tu regalo,
acaricia mis torneadas piernas...

Luego, el camastro gemía 
como gimen las lobas en la noche.

Fue un voraz incendio
 y las cenizas volaron.

¡Acuéstate!... 
¡Me desnudó con fiereza 
como un verdadero macho!

Olvidó mi boca, mis rosados labios... 
olvidó mis ojos que se cerraron en un impulso.

Se perdió mi talle 
en el olvido de sus gemidos ardientes,
y así, como los rayos penetran las praderas,
se entregó al mar el oleaje bravío...

Mi yo repetía hacia adentro:

¡Mmmm!... ¿tanta velocidad,
para dejarme con ganas?

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 9/12

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