viernes, 23 de diciembre de 2011

CARTA A MI PADRE (26)


Hola pá, le pedí a mi tía que me ayudara porque no tengo suficientes palabras para expresar lo que estoy sintiendo. Es mi tercera navidad sin ti y me siento muy sola, me hacen falta tus palabras, tus abrazos, tu protección,tus sonrisas.

Estoy recordando éste paseo, cuando las tetas de las vacas rebosaban de leche y tomamos así de sus espumosas ubres y te reías porque mis bigotes fueron blancos y tomaste ésta foto para la posteridad.

Recuerdo a tus amigos, la señora de abrigo azul tan bondadosa y tan dulce con nosotros, y las invitaciones quedaron sobre la mesa, a donde prometiste que siempre nos llevarías a ese lugar y que oleríamos la frescura del pasto con ese perfume inconfundible a leche y a ganado, a pastizales verdes... El canto de las aves era precioso y siempre tomada de tu mano recorríamos todos esos senderos para mí desconocidos.

Cuando marchaste tenía 10 años, te contaré que ya me hice mujer en medio de un gran susto y mi madre como siempre con su dulzura, ya me tenía preparada para éste momento, pero hubiera sido maravilloso compartirlo contigo, también mi cuerpo está cambiando, ya uso unos brasieres pequeñitos muy bellos y empiezo a sentir cosas que no sé cómo explicarlas y que sería maravilloso que como siempre despejaras esas dudas que hoy me aquejan.

Mis alergias me molestan mucho, creo que también ha de ser que las defensas están muy bajas desde que ya no quisiste estar con nosotros, he pasado enferma y lloro mucho pensando en ti, en tus caricias de padre y en tus arrumacos, y mi madre a veces está tan solitaria y cansada, que olvida que estoy sumida en una inmensa tristeza.

Te cuento pa... que Migue va a ser padre, sabrás que va a cumplir los 20 años y que ya no será un Odontólogo como lo prometido, pero será padre... y esto lo tiene feliz, ¡si vieras que parece un niño grande preparando las cosas para el bebé!, no le importó que ella fuera mucho mayor que él y se siente amado, aquí encontró un refugio pues también lo veía muy triste siempre y lloraba a escondidas para que nadie lo viera.

Mi madre ha sufrido mucho, creí que no podría levantar  cabeza, ha llorado tanto que ya se secaron sus lágrimas, ha intentado trabajar en muchas cosas, hasta enfermera atendiendo ancianos pero siempre hay alguien que la saca del camino. Ahora último trabajó en un negocio de la familia pero ahí tampoco la quisieron, no sé porqué papi cuando más se necesita ayuda, se cierran todas las puertas y ella en su desespero creo que regresará de nuevo a casa,  allí dice que con ayuda de Migue y su mujer conseguiremos lo que nos hace falta y ya no tendrás que preocuparte por mandar nada, ya puedes dejar todo tu amor en esa familia alquilada que tienes ahora.

Diego está grandísimo, es jodón  como siempre, ya casi cumple los 15, a veces me hace llorar, pero igual nos queremos, está un poco pálido, la comida no es tan abundante como cuando estabas y escasea de todo, él siempre tiene hambre pues va a ser grande como tú. Lo veo a veces llorar y se disgusta cuando le pregunto que porqué está tan triste y corre y golpea fuerte las puertas.

De mi mami no quieres saber nada, pero estuvo grave... mi tía hoy la llevó al hospital, aquí en Colombia nos dieron un carnet de salud y ella no tuvo que pagar nada, no quiere orar, no quiere hacer novenas, dice que Dios se olvidó de ella, ya no quiere pintar y sólo desea llegar a casa.

Sólo te diré papito que nunca te olvidaré, que ese espacio tuyo nadie lo llenará, pero me duele que hayas dejado todo por una aventura, a mi mamita que desde niña te amó y a nosotros que desde que vimos tus ojos encontramos un oasis... pero éste refugio ya no existe, le pedimos a Dios por ti para que te perdone y para que nosotros podamos salir adelante.

Papi, cuando leas ésta carta estaré colocándola en cualquier sitio, porque tampoco éste año tenemos un arbolito de navidad, ¡no tiene sentido si no estás con nosotros!

¡¡FELÍZ NAVIDAD PÁ!!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 23/11

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