domingo, 30 de octubre de 2011

CON LAS GAVIOTAS (4)


CON LAS GAVIOTAS (4)

Timbales de mi corazón, brisa suave
aquí estoy; tu mirada me llama,
las ansias de mi vida otra vez
corren con el alma del poeta,
viajan entre pétalos rojos
hasta el infinito azul de tus llamados.

El camino recorro a mi antojo,
son tus aves de colores mi fortuna;
sus ojos el tesoro que guardaste
para divisar otras aves, 
y ojos cándidos de mirar sereno
con sonrisas que se pierden en la nada
creando poesía sobre las ramas.

Deja correr tus nieves 
mientras me deleito.
Saltar, volar es mi instinto,
el camino es largo y plañidero, 
y percibo aromas en la brisa, son las tuyas;
el cántico de nuevo desde los grandes cerros
y tu cristalina boca sobre la mía, 
no hay espera... 

Suave una mariposa aletea en mi corazón
mientras imagino viajar a tu lado.
Gaviotas miles observan mi agonía
pero descubro que estoy feliz; no hay sufrimiento,
me cubre un traje blanco, mi cuerpo se esfuma
mientras el aura de tu voz me llama...

Cierro los ojos, soy nívea espuma, desaparezco,
la nieve es igual a mí, viajo con ella, me pierdo...,
me abrazo a un cuerpo que encuentro en mi camino
el náufrago se esfumó, el mar se tiñe de oro;
mi lámpara está recién puesta, tiene mucho fuego,

un alazán de negro color espera en el estero,
vuela tras las gaviotas, estoy tranquila,
mi alma no tiene cuerpo ni figura
y se pierde; cuando el mar me besa entre las olas.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, octubre 29/11

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