MI AVE AZUL (33)
A fuerza de soñar
tus rejas te alejaban de mí prontamente
tratando de inventar nuevos versos
con una lejana musa en abandono.
¿Cuándo llegará desde esa lejana prisión
un nuevo poema?
He imaginado tus besos en plumas de colores
que como el azul cielo brotaban cambiantes
nuevos cánticos al oír mi voz, yo oír la tuya
fuerte, embrujadora, con aires de cantor...
Aún espero a las olas repetidas
mecidas con sus eternos vaivenes
esfumadas con las brisas vespertinas.
Fueron tus palabras en días de primavera
con las flores que empezaban a perfumar
y abrían sus pétalos a la vida dulcemente;
que marchaste arrogante sin explicación.
fui estorbo para tu vida, una frase hiriente
dejando triste el corazón.
Se marchó aquél cántico,
mi ave azul consentida.
¿Tu voz desde tan gris jaula
algún día retornara?
Aún están frescos los lirios,
hay sueños y quimeras
que se renuevan al amanecer.
Mis manos ansían las tuyas,
mi boca desea tus besos
que se pierden en un nuevo pentagrama
penetrando la esencia que creía perdida,
con un suspiro que me alienta a continuar.
Ven cariño mío,
arrogante corazón lleno de necedad:
¡dame un poco de tu bebida añeja!
Rojo licor que como la sangre da vida
hoy se pierde, se marchita la flor de loto
sobre un estanque de pensamientos,
que oscuro vuelve nuevamente
tu desamor...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 18/11
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